Las rarezas del Schestakow: hace un mes foto con autoridades y hoy cesanteado

Desde hace una semana que los pasillos del hospital Teodoro J. Schestakow están candentes. Personal del nosocomio sanrafaelino murmuran y se preguntan “¿quién sostenía a los que hoy fueron cesanteados?». Sucede que varios de ellos hasta hace un par de días seguían firmando expedientes y se sacaban fotos con las autoridades.

Recibieron la bendición para cambiarse de repartición, mudarse a otros servicios con cargos de jefe e incluso siguieron ejerciendo la administración de recursos. La pregunta es: ¿eran tan culpables para seguir como si nada durante años?. Y se suman otras: ¿pudieron hacerlo solos? ¿quién pone la última firma? ¿el director ejecutivo está pintado?.

Apenas un par de semanas atrás, durante el festejo de los 100 años del hospital, algunos de los implicados se sacaban fotos con directivos, e incluso con el propio Abel Freidemberg, quien supo ser la máxima autoridad de Salud en la Zona Sur, cuando supuestamente ocurrieron los hechos.

Los picantes pasillos del edificio ubicado en Comandante Torres 150 manifiestan que hoy, cuando algunas cosas estaban a punto de salpicar a personajes mayores, llegaron las cesantías. Pero claro, son solamente chimentos que salen de los rincones.

Acusados de ser parte de una maniobra por sobreprecios en la adquisición de material medicinal, cuatro empleados fueron cesanteados, entre ellos el gerente administrativo.

Franco Campi, de él se trata, ocupó hasta hace un par de días un despacho que está a centímetros del escritorio del director de turno.

Todos los directores, sobre todo en las gestiones radicales, no movían un dedo sin consultar a Campi, y viceversa. Es decir, las decisiones administrativas se tomaban y se toman en conjunto, pero la última palabra (se supone) la tiene siempre la máxima autoridad del hospital, es decir el director ejecutivo, un cargo elegido por el propio gobernador.

Las irregularidades se remontan a la gestión del Dr. Luis Vergani, quien dejó su cargo hace más de cuatro años, pero Franco Campi y los otros tres cesanteados siguieron trabajando, y lo hicieron en lugares donde se toman decisiones. Resulta raro que personal implicado en semejante episodio de corrupción continuaran ejerciendo y con mucha confianza por parte de los directivos.

No es un dato menor lo que sucedió hace poco más de un mes. Fueron los festejos de los 100 años del Schestakow y el director en ese momento, Dr. Fabián Mora, y el senador Abel Freidemberg se sacaron una foto con Campi, quien supuestamente estaba contra las cuerdas y que hoy fue cesanteado. Dicha fotografía fue subida a la página oficial del hospital.

¿Quién es el que pone la última firma en resoluciones o normativas en el Schestakow?. La respuesta es sencilla: el director ejecutivo. Se trata de la persona elegida por el Poder Ejecutivo de la Provincia.

Hay un dato muy curioso, y tiene que ver con los nombres de los directores del Schestakow durante los últimos ocho años. Todos tienen simpatía por el radicalismo-pro, pero ninguno pertenece a la política partidaria. No es difícil advertir entonces que estos directores, que ponían y ponen la firma, reciben instrucciones directamente de Mendoza capital.

¿Pudo Franco Campi y otros tres empleados generar toda una ingeniería para robar al Estado sin que el director ejecutivo se entere?. Si es así, quiere decir que dichos directores son apenas una decoración. El otro camino podría ser: si realmente pudieron concretar la maniobra para saquear las arcas, es porque alguien de más arriba puso la firma.

En los últimos años, a pesar de ciertas cuestiones que tuvieron como protagonista al Schestakow, los directores nunca tuvieron responsabilidad de nada. Es probable que así sea, quizás son nada más que un cuadro simpático para colgar en una pared. En la jerga política algo así como un “adorno”.

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