La «imperdonable» falta que motivó el despido del fotógrafo personal de Kim Jong-un

El profesional era de su confianza y lo había acompañado a Vietnam para cubrir la cumbre con Donald Trump. Pero cayó en desgracia: perdió el empleo, lo echaron del Partido del Trabajo y de ahora en adelante será ciudadano de segunda clase.

Corea del Norte celebró el pasado 10 de marzo elecciones para conformar la Asamblea Suprema del Pueblo, que siempre responde ciegamente a los designios de Kim Jong-un. El momento en que vota el líder supremo suele ser el principal acto que cubre el aparato comunicacional del régimen durante la jornada.

Kim descendió de un auto, saludó a los funcionarios que lo esperaban en el edificio donde iba a sufragar y se dio vuelta para saludar al público. En ese momento, su fotógrafo personal se acercó, ubicándose entre el líder y la gente, lo apuntó con su cámara y tomó varias imágenes.

El fotógrafo le obstruyó la visión a Kim por unos segundos

El fotógrafo le obstruyó la visión a Kim por unos segundos

La escena sería normal en cualquier parte. Pero en Corea del Norte se vivió como un escándalo. Ri, el fotógrafo de 47 años, fue inmediatamente despedido y expulsado del Partido del Trabajo, lo que implica convertirse en un ciudadano de segunda clase.

 

La razón, según informa el periódico surcoreano Daily NK, es que lo fotografió a menos de dos metros de distancia y en frente suyo, algo que está prohibido. Además, ajustó el ángulo de la cámara tal manera que «el flash le cubrió el cuello al Estimado y Respetado Camarada Líder Supremo».

El líder supremo no lo soportó

El líder supremo no lo soportó

Corea del Norte atraviesa tiempos tumultuosos. Este viernes retiró a sus representantes de la oficina de enlace intercoreana, en un nuevo gesto que apunta hacia un deterioro del diálogo entre Pyonyang y la comunidad internacional tras la fracasada cumbre de Hanói.

El gobierno de Kim Jong-un notificó al Sur la retirada de su personal indicando que su acción responde a «instrucciones directas de la autoridad superior», según un comunicado publicado por el Ministerio sureño de Unificación, encargado de las relaciones con el país vecino.

Kim, saludando al público tras el incidente

Kim, saludando al público tras el incidente

Seúl «lamenta la decisión del Norte de retirarse de la oficina de enlace e insta al Norte a retornar pronto de manera que la oficina de enlace Sur-Norte pueda seguir operando tal y como acordaron ambas partes», se añade en la escueta nota.

Ambos países, técnicamente aún en guerra, inauguraron esta oficina el pasado mes de septiembre con base en lo acordado en abril en la primera de las tres cumbres que el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, mantuvieron en 2018.

El acercamiento entre los dos países vecinos el año pasado alcanzó cotas históricas, pero el bache en las conversaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte sobre desnuclearización parece estar dejando las relaciones intercoreanas en punto muerto.

El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un (izq.), estrecha la mano del presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in (der.), en la Línea de Demarcación Militar que divide a sus países antes de su cumbre en la aldea de tregua de Panmunjom, el 27 de abril de 2018. (AFP)

El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un (izq.), estrecha la mano del presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in (der.), en la Línea de Demarcación Militar que divide a sus países antes de su cumbre en la aldea de tregua de Panmunjom, el 27 de abril de 2018. (AFP)

En la reciente cumbre de Hanói entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, ambas partes escenificaron profundas diferencias en su manera de enfocar el proceso de desarme.

El desacuerdo giró en torno al número de activos del programa nuclear norcoreano a desmantelar y al volumen de sanciones internacionales sobre Pyonyang que Washington aliviaría a modo de «medida correspondiente».

El que no se hayan levantado las sanciones impuestas sobre Corea del Norte impide a su vez lograr avances en los proyectos de cooperación económica intercoreana, cuyos ingresos resultan vitales para las arcas del régimen norcoreano.

Uno de los últimos misiles marítimos de la Armada norcoreana es muy similar al R-27 Zyb ruso que se desarrolló en la Oficina de Diseño de Cohetes de Makeyev

Uno de los últimos misiles marítimos de la Armada norcoreana es muy similar al R-27 Zyb ruso que se desarrolló en la Oficina de Diseño de Cohetes de Makeyev

Desde el fallido encuentro, se ha detectado actividad en diversas instalaciones norcoreanas, algunas de ellas presuntamente dedicadas a las instalación de ensamblaje de proyectiles, lo que ha incrementado las especulaciones acerca de un posible lanzamiento.

El trabajo en la planta de Sanumdong, situada en el distrito de Ryongsong en Pyonyang, fue documentado por fotografías en las que se aprecia una concentración de vehículosfrente al centro de ensamblaje y se ve también un tren estacionado y grúas levantadas en el cercano centro de carga, empleado para el transporte de proyectiles y componentes.

Las imágenes parecen ratificar lo que al parecer comunicó el director del Servicio Nacional de Inteligencia surcoreano, Suh Hoon, a un grupo de parlamentarios: el retorno de las pruebas con misiles de Corea del Norte, provocaciones que elevan la tensión con el Sur.

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