Cornejo muy cerca de un intendente peronista
El gobernador de Mendoza se lleva muy bien con el jefe comunal de Maipú, el justicialista Alejandro Bermejo. Ya no ocultan su relación, a tal punto que fue la Oficina de Prensa de la Gobernación quien difundió fotos de ambos en un encuentro a solas.
Es raro, pero real. Hace un par de días compartieron la entrega de viviendas en terreno del cacique peronista y sin parar se arrojaron flores. Los referentes se elogiaron mutuamente, casi hasta el cansancio.
A tal punto fue la melosa actitud de Bermejo que dijo estar “muy de acuerdo con el tope a la reelección indefinida de los intendentes”. En ese punto es correcto recordar que no irá por otro mandato en Maipú, curiosamente anunciado poco tiempo antes que Cornejo firmara el decreto que le pone límite a los mandatos eternos en los municipios.
Los voceros del radical dijeron que “el encuentro tuvo que ver con temas de gestión”. La palabra oficial señaló que “allí abordaron un extenso abanico de temas, como la ampliación de la matriz productiva de la provincia, la situación educacional, la situación energética y la reforma constitucional”. Visto así, no tiene nada de extraño, ya que forma parte de las estrategias en conjunto de dos funcionarios de peso. El tema es el contexto.
La foto no tiene un megapíxel de ingenuidad. Sin dudas que lo político partidario es lo que prevalece, tal como ocurrió en su momento con la Kirchnerista Anabel Fernández Sagasti. En aquel momento le sirvió a Cornejo y a la Cristinista. A la primera porque la posicionó públicamente porque todo el mundo habló de ella, y al segundo porque metía la semillita de la discordia puertas adentro del PJ.
En esta oportunidad es muy similar la situación. Atrás de los “temas de gestión” está agazapado el oportunismo mediático. Al gobernador le conviene mostrarse como un hombre que no tiene nada personal con los intendentes del peronismo, que su decreto tiene que ver únicamente con el fortalecimiento del sistema democrático. Por otro lado, Bermejo se sienta a la mesa y con esa postal en la mano les dice a sus compañeros que no está para el chiquitaje y que sus aspiraciones son mucho más ambiciosas.
